Durante este curso hemos diseñado un blog, que no deja de ser un blog de cocina, encaminado a utilizar todos los recursos que nuestros chicos necesitan para motivarse e ilusionarse con una temática, no excesivamente fácil, pero que les sirva para su autonomía en la realidad que les toca vivir.
Algunos de ellos han optado por la inmersión en el tema, con el apoyo de las familias a las que desde aquí vamos a felicitar.
Como todos los proyectos nos hemos encontrado con un apoyo absoluto, pero también con detractores que no entienden la verdadera filosofía del proyecto y desvían su atención a aspectos que ni tan siquiera estaban en este tal como se ha planteado y como lo estamos siguiendo.
A estos últimos va dirigido este post, esta publicación, ya que es necesario que queden claros determinados puntos para el buen uso y práctica de los recursos que aquí establecemos.
Es un blog de recursos, pero también entre los recursos está que ellos, los niños observen su competencia y aprendizaje desde los primeros momentos. Por ello hay que gestar y trabajar mediante la acción y la precisión de generar resultados observables desde su perspectiva, a un ritmo que ellos mismos sugieren. (El blog es de ellos y ellos son los que marcan el ritmo).
El sistema educativo no se nutre de aspectos lineales de trabajo, eso lo deberían saber todos los intervinientes, sino de aspectos envolventes, que yo siempre he denominado "en bucle". La Educación Especial es totalmente diferente a la convencional y precisa de sus propios métodos de captación de atención y del alumnado. En ello estamos. Estamos actuando sobre certezas, y no sobre aspectos que teóricamente están desfasados y que son criticados por la mayoría de los pedagogos internacionales, pese que aquí estemos anclados, aún en las leyes setentistas y ochentistas de las educación (yo diría, incluso, en la Ley Moyano).
Se precisa de una captación de atención extraordinaria, puesto que el alto índice de frustración lleva a que contenidos y procedimientos, sobre todo estos últimos, totalmente fuera de las necesidades psicológicas de los alumnos, les lleva a mantener su dedicación y atención de una manera forzada y sin ningún tipo de comprensión de lo que están intentando aprender.
Precisan que sus contenidos estén dirigidos y focalizados a algo, y por ello, nosotros hemos derivado todos ellos hacia una temática que engloba absolutamente todo.
Se comete, también, el error de querer seguir procedimientos deductivos, en lugar de inductivos y se critica desde ese ángulo totalmente descentrado de la realidad y de las necesidades de nuestros chicos.
Los planteamientos se establecen mediante premisas psicológicas muy reduccionistas y globalizadas y se deja de lado la individualización y las necesidades personales de cada alumno. todo ello por ofrecer una respuesta educativa dependiente de la limitación del adulto y su carril pretencioso de enseñanza y no una respuesta que tenga presente los enlaces con las genialidades, que las tienen de los alumnos que tenemos entre manos. Se habla con admiración de la creatividad educativa, cuando lo que tenemos que fomentar es la creatividad en el alumno, intentar que combinen todos aquellos aspectos que ofrecen sus fijaciones, obsesiones, intereses y habilidades, porque pese a lo que muchos piensan, ellos poseen muchísimas habilidades cuyo principal problema es que no encajan en el puzzle que les hemos preparado para completar.
Se habla de adaptaciones curriculares y no se habla de adaptaciones personales y basadas en las claras realidades del alumno. El currículo no es ni siquiera una realidad factible y se lucha para meterlo con calzador.
No se tienen claras las premisas de la psiconeurología y se actúa como si se fuese un científico nato.
La verborrea sustituye a las respuestas sobre las necesidades educativas de nuestros alumnos. Se habla de necesidades educativas especiales cuando se debería hablar de necesidades educativas individuales. De ahí el caos educativo.
Podría seguir haciendo uso de mi palabra para extraer algunas vulgaridades educativas, pero este espacio no requiere la atención hacia lo desechable en la educación, sino sobre los propósitos y recursos para nuestros alumnos.
